Según Gramsci las tradiciones político-culturales viven en la continuidad de los grupos intelectuales. ¿Qué sucede cuando determinados colectivos han sido disgregados sufriendo la tortura, la cárcel, el exilio, el secuestro, el asesinato o la desaparición? ¿Desaparece la tradición? ¿Es posible recuperarla o recrearla en una nueva fase histórica resistiendo la posibilidad de cooptación? En Argentina, después del genocidio militar de 1976, debemos repensar estas preguntas. (…)