<<Debemos reinstalar el debate sobre las nuevas formas de corporativismo que ha sufrido el movimiento sindical en nuestras sociedades, las habituales prácticas de cooptación por el sistema político y sus representaciones de clase, para de esta manera, evaluar los resultados de la desestructuración del mismo durante ocho décadas y poder debatir si la clase oprimida debe reivindicar su autonomía o su independencia política, si debe o no solaparse con las formas de representación que le imponen intermediarios de la política del sistema; y si debe estar vigilante para no confundir la politización del movimiento popular con ambientar consignas partidarias en su vida orgánica.>> (del prólogo)