Soy aquel niño, soy aquella niña que, jugando a ser, lejos de esa jaula que atrapa y lastima, solo intenta jugar. Sí JUGAR con mayúsculas: jugar a que papá y mamá, papá papá, o mamá mamá, cualquiera sea la fórmula, aprendan a escucharme, a leerme, a sostenerme, y lejos de imitar al cazador acechoso, me acompañen a la selva infinita que, por arte de magia, y señalada por una vara, me pierda en la inmensa libertad.