Pocos hombres y mujeres se atrevieron a habitar en los bordes del mundo. Allá en el sur, cuando América aún no era tal, vivió un pueblo, un reguero de hombres de mar y fuego llamados selk´nam. Ya no están. Solo nos quedan algunas noches con su canto largo mecido en el viento. Nos cuentan su historia a través del tiempo, que hoy es parte de nuestro origen y nuestra historia.