Hablamos de perspectiva niña para apostar por un modo propositivo de nombrar el antiadultismo. A su vez, lo entendemos como una cualidad alejada de la carga despectiva asignada a lo “infantil”. Muy por el contrario, posicionarnos desde una perspectiva niña nos invita a volver a ese estado de infancia, que no se corresponde con una edad cronológica sino con una manera de ser y estar-siendo en este espacio-tiempo.
Jugar y luchar han aparecido durante mucho tiempo de maneras opuestas, como antinomios. El juego, para las niñeces; la lucha, para las personas adultas ciudadanas y organizadas, como parte de ese binario estructurador de desigualdades, patrones predeterminados de acción y emoción. Sin embargo, como veremos a lo largo del libro, es posible e incluso deseable luchar jugando".
Quimantu
2024
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