Carlota es una pequeña salvaje y no se puede evitar. Pero, ¿y esos amigos tan raros que tiene? ¿Por qué tiene que jugar en el barro con el cerdo Francisco? ¿O jugar a darse topetazos con el toro Cuniberto? ¿Ha visto alguien bucear a una oveja con los patos? Seguro que no. ¡Eso no es propio de una oveja! Así por lo menos piensan los mayores. Hasta que un día desaparecen dos ovejas y Charly, el viejo perro pastor. De pronto, se necesita a alguien que tenga verdaderos amigos para una gran aventura.