«En este libro, el segundo de la Trilogía del Bicentenario, trato de decir lo que digo. Y digo que el terror de Estado en Chile rompió con solidaridades básicas y espacios públicos, y que aún no se han podido reconstruir. Que existe una gran nostalgia de esa comunidad que se perdió y de allí surge ese malestar social que acompaña nuestro éxito económico. Que ese malestar se expresa en reclamos diversos. Que esos reclamos, al no existir solidaridades públicas, no se convierten en demandas organizadas, movimientos sociales, ni en nuevas organizaciones estructuradas. Digo que la modernidad y el crecimiento económico de Chile están siendo acompañados de una pena moral. Que de esa contradicción se derivan muchos problemas sociales, psicológicos, culturales; agresividades, inseguridades y frustraciones. Una ira que a veces nos asusta. Digo o trato de decir que en el delicado cruce de nuestras memorias, identidades y utopías se juega la felicidad reclamada . Y la felicidad sigue siendo el bien social más preciado».
José Bengoa.