Un método y enfoque histórico nos abre las posibilidades para desarticular un tiempo lineal, unívoco y hegemónico impuesto por las elites transicionales, recogiendo con ello las diversas temporalidades particulares que cada objeto de estudio tuvo o experimentó durante su devenir en este periodo y que no necesariamente coinciden con el tiempo declarado “desde arriba”. Es por ello que hemos preferido hablar de transiciones, más que de una única transición.