Rosa, fue una mujer política porque quería transformar la realidad, pero que, también, tenía un tiempo para detenerse a observar a la naturaleza, abrazar a sus amigas, amar a su pareja y tener esperanza en el futuro.
Porque estuvo presa y muchas veces quisieron callarla, pero ella insistía: se recibió en la universidad, estudió toda su vidas, fue periodista y docente, leía y leía libros y escuchaba música y pintaba. Y mientras, llenaba su cuaderno de plantas y flores que clasificaba, y se detenía a imitar el canto de los pájaros que llegaban a sus ventanas para saludarla.