Hahn recrea de manera sencilla un tema presente desde siempre: el amor. Sus versos simples y cotidianos rescatan el lamento, la reflexión y la transgresión del amante que recorre como un fantasma los lugares, a veces desolados, en busca de la amada. Así, el poeta se encarna en el poema a través de la propia experiencia y escribe combinando humor y sarcasmo, angustia y ternura. La vivencia del amor recoge el erotismo descarnado, el sexo sublimado y los actos de ternura en lo cotidiano, donde los enamorados gozan zozobrando en el instante de la intimidad.