En el comienzo de su obra escrita, capítulo 1 “Cadenas actuales de la dominación”, dice Cacho: “No es un secreto que educar es una de las formas de dar poder a quien la recibe como el no hacerlo es impedir que lo obtenga. La distribución del conocimiento humano fue, en la antigüedad y lo es aún, un problema de clase. La iglesia lo tiene bien en claro y por eso impuso e impone su fuerza para mantener espacios de manejo de los sistemas de educación en los diversos países americanos”. Éste es el tono general de esta Pedagogía. No es la iglesia la única institución que aparece comprometida en contrarrestar y más aún evitar cualquier sistema educativo que conduzca a la libertad y a la felicidad del pueblo.