En Nadie sabe más que los muertos, el detective Heredia recorre una vez más el pasado de nuestro país. En sus páginas se encuentran hechos y personajes que preocuparon a parte significativa de la sociedad chilena. La historia considera la búsqueda de un niño nacido durante la dictadura en algún centro de detención, una madre desaparecida y un par de abuelos que ansía conocer al nieto, que los liga a los dolores del pasado y a las esperanzas del futuro. A través de las pesquisas de Heredia, esta novela aborda el tema de la justicia en Chile y su incidencia en los crímenes vinculados a la violación de los Derechos Humanos.
«El acierto mayor de Nadie sabe más que los muertos es su propio narrador, Heredia. Instala una mirada descarnada y crítica sobre la realidad, elabora una constante autoironía, despliega una nostalgia por momentos paralizante, reflexiona con humor negro de la mejor cepa. Todo esto Díaz Eterovic lo materializa mediante un lenguaje fluido y certero, no solo para narrar la trama policial, sino, en especial, para mostrar la conciencia de su protagonista. Y esta conciencia es compleja, nada complaciente ni consigo misma ni con lo que la rodea. Solitario, alcohólico, desencantado y escéptico, Heredia transita por las calles de Santiago como “un fantasma del viejo pasado”, pero lo suficientemente lúcido para darse cuenta de que en el mundo de hoy solo se vive de las apariencias»
LOM
2024