Hija ilegítima de un militar peruano y de una francesa refugiada en España, casada a los 17 años y separada a los 22, se recuerda a Flora Tristán por ser la abuela de Paul Gauguin (primero) y una protofeminista tenaz (segundo). Pero también se la considera una adelantada en la lucha por la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores y en concebir el proyecto de una unión internacional obrera, idea que ha quedado históricamente asociada a la figura y a los escritos de Karl Marx.
Mi vida, que es una selección de las memorias que Flora Tristán escribió en francés y publicó por primera vez en París en 1837 con el título de Peregrinaciones de una paria (1833-1834), se centra en el viaje que ella realizara a Perú en 1833, con el fin de reclamar la herencia paterna. Su salida de Francia, el trayecto en barco a través del Atlántico, la llegada al continente, el encuentro con sus familiares, la negativa a reconocerla como heredera por parte de su tío Pío de Tristán (de quien sólo obtiene, a título de dádiva, una pensión mucho menor a sus pretensiones) y su regreso a Europa, previa escala en Lima, constituyen las principales etapas de este viaje. Estructurado como un diario, el relato es continuamente interrumpido por apuntes y observaciones acerca de las personas y lugares que Flora va conociendo, y por los propios pensamientos provocados por los hechos que narra, todo ello en un tono deudor del romanticismo literario de la época