El ensayo, publicado en 1997 y reeditado en 2018, es de hecho el primer escrito de Alberto Kurapel en Chile tras su exilio. Se basa en un trabajo de campo realizado hacia mediados de los noventa junto con la maestra folclorista, su marido Osvaldo Cádiz y el Conjunto Palomar, con quienes además produjo un material audiovisual de gran valor estético y documental que, esperamos, pueda ser reestrenado prontamente.
El texto ofrece una teorización acabada respecto del trabajo investigativo escénico llevado a cabo por Loyola, articulada mediante la observación participativa y de una conveniente contrastación bibliográfica. Desde el punto de vista disciplinar, versa acerca de la folclorista en particular y de ciertos avatares de la investigación artística en general, de modo que puede resultar interesante para un público amplio. Del mismo modo, es un texto que va a contrapelo de las publicaciones convencionales concernientes a folclor en Chile, pues asume aspectos inusuales -el de la performance, sin ir más lejos- y toma una posición clara y crítica pertinente a este panorama en general.