Daniel Matamala hace sociología descriptiva disfrazada de periodismo. Por debajo de sus columnas hay un retrato de la sociedad chilena, de su endogamia, de las trampas y los tropiezos de sus minorías dominantes, de sus formas de reproducción y de sus pretextos para legitimarse que bien pudiera estar en un registro etnográfico. (…) El tono de denuncia no proviene de un afán por moralizar, sino de la elocuencia de las circunstancias. Son los hechos que describe los que resultan escandalosos