Poyefiñ taiñ Mapu Ñuke fey mew inkafitiñ, feypi taiñ pu che.
La lucha por la defensa de nuestra tierra tiene que ver con la ternura, dice nuestra gente. Porque ella –para todos los pueblos indígenas del continente y del mundo– es la Madre Tierra
Elicura Chihuailaf Nahuelpán
La primavera nos trajo brotes de fuego que se multiplicaron por el Abya Yala, evidenciando aún más la crisis terminal del capitalismo con la cual convivimos. Las respuestas desde arriba a la crisis mantienen los privilegios que hacen rodar las cuatro ruedas del capital: la explotación, el despojo, la represión y el desprecio hacia los pueblos. Sabemos que esta crisis se vive hace más de 500 años y que la guerra es su normalidad de miseria en nuestras geografías y en nuestros calendarios.
Ésta es nuestra quinta publicación de Carlos Aguirre, “la Tierna Furia”, que nos acerca una historia crítica sobre el neozapatismo mexicano, desde sus albores como Fuerzas de Liberación Nacional hacia su conformación como Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Dicho proceso es comprendido desde la doble matriz ideológica que conforma el zapatismo, como lo es la cosmovisión maya y las tradiciones occidentales del Poder Popular. Desde aquí comprendemos la otra política de servir al pueblo, de afirmarnos desde un nosotrxs colectivo que permite situar el proceso zapatista en su influencia mundial a todas las luchas anticapitalistas y antisistémicas.
Desde nuestras inquietudes, lxs zapatistas han sido uno de los movimientos hacia donde hemos observado y escuchado, desde y hacia abajo, como forma de búsqueda y de pregunta para ir entretejiendo las expresiones del todxs-somos. Los aportes zapatistas suman y siguen hacia nuestras luchas en nuestros territorios, por lo mismo creemos que sus procesos de lucha son insumos que, junto con este fuego que nos viene abrazando esta primavera, nos permita seguir brotando como bosque nativo para seguir nuestra defensa de la vida.