Es un libro que escudriña el tema de los movimientos y discursos identitarios que provienen de sectores de la sociedad latinoamericana que han sido colonizados y racializados, y que como su título permite aventurar, son los negros y los indios, protagonistas durante el siglo XX de particulares movimientos reivindicativos que tuvieron en la dimensión intelectual un terreno fructífero y determinante. Este ámbito es el que ocupa a su autora Elena Oliva, quien se introduce en la obra de los precursores de ambos movimientos: el martiniqués Aimé Césaire y el boliviano Fausto Reinaga. Se presenta a ambas figuras como autores situados en cuya escritura revelan su condición de negro e indio, no como esencias culturales sino como portadores de una experiencia colonial, proceso histórico que los ha inferiorizado, el que ambas figuras revisan y discuten con pasión en el terreno ideológico, ejercicio que tiene su correlato en biografías marcadas por el compromiso político. El resultado es una lectura que vincula estas escrituras con la modernidad latinoamericana, de la cual surgen pero que al mismo tiempo interpelan y expanden.