Rosa Luxemburgo (1871-1919) se situó a la vanguardia en la lucha contra la guerra mundial. Era la consecuencia lógica de su lucha antimilitarista que provocó su encarcelamiento en varias ocasiones por el militarismo prusiano, acusada de «llamar a la rebelión», «incitar a los soldados a la desobediencia» e «insultar al emperador». Durante el tiempo que pasó en la cárcel escribió uno de sus ensayos más célebres: La crisis de la socialdemocracia, conocido también como Folleto Junius. En él explicaba que el conflicto bélico no poseía un carácter defensivo frente al zarismo ruso, sino que constituía una guerra imperialista surgida de las contradicciones y necesidades del desarrollo del capitalismo. En aquel periodo de reacción fue todo un manual para la educación del núcleo de cuadros marxistas y obreros revolucionarios de Alemania que posteriormente protagonizaría la revolución de los consejos en noviembre de 1918. Nadie puede quedar indiferente ante la comprometida vida de Rosa Luxemburgo. Amada y admirada por los espíritus más combativos, sigue siendo en el siglo XXI sinónimo de rebelión y revolución