Una pregunta recorre el pensamiento político del siglo xx: ¿en qué condiciones los miembros más desfavorecidos de la sociedad iniciarán la emancipación del género humano? ¿Cómo construirán la justicia social para superar la alienación y las desigualdades? Aunque han pasado varias décadas y el mundo ya no es el mismo, lo cierto es que no es tan distinto y que estas cuestiones gozan de total actualidad: el capitalismo voraz y sus recurrentes crisis han profundizado la brecha entre los de arriba y los de abajo. ¿Cómo deben tomar conciencia de sí las clases bajas? ¿Cómo encender la chispa que inicie la transformación social?
Historia y conciencia de clase fue la primera gran obra de Lukács, con la que alcanzó una celebridad comparable con clásicos del pensamiento político de la talla de Lenin o Luxemburgo. En los ocho ensayos que recoge el libro, el prestigioso filósofo despliega la relación entre el pensamiento de Marx con el de Hegel para presentar la dialéctica como un instrumento de conocimiento y de transformación de la realidad, elemento imprescindible para que los menos favorecidos conquisten su genuina libertad.