Victoria Montenegro Torres fue una de los 500 bebés que la dictadura Argentina hizo desaparecer, la mayor parte de los cuales continúan desaparecidos. Ella, al igual que otros 130 niñas y niños, pudo recuperar su identidad de un largo, doloroso, contradictorio y finalmente liberador proceso.
El 13 de febrero de 1976, un grupo de tareas comandado por el coronel Hernán Antonio Tetzlaff irrumpió en su casa y la secuestró, con apenas trece días de vida, junto a sus padres Roque Orlando Montenegro e Hilda Ramona Torres. Desde ese momento, los tres ´pasaron a engrosar la lista de desaparecidos. Tetzlaff se apropió de esa bebé morocha de rasgos salteños y la educó según la ideología que sostenía al Terrorismo de Estado como una forma de vida. Así, Victoria pasó a vivir escondida tras la identidad de María Sol, custodiada por el victimario de sus padres.
Gracias a la larga lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo, que comenzó en 1984, Victoria logró recuperar su identidad y reencontrarse con su familia en 2001. Se convirtió en una militante por los derechos humanos y actualmente es legisladora por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
"El miedo ya no estaba, el miedo se había ido con María Sol. Yo ya era, definitivamente, Victoria".