Este nuevo poemario de David Aniñir contiene al Wall mapu en un gesto, en un baile, en cientos de palabras libres que en el ceremonial de la vida y de la muerte, al cual asistimos todos día a día, nos ubica frente a nuestros miedos occidentales, activando su poesía desde esa práctica milenaria Mapuche que es entender, entre otras cosas, que la vida también se encuentra en los “sueños”.
Es ahí donde el poeta hace suyas las herramientas de su comunidad, revolviéndolas a una velocidad capaz de convulsionar las “lenguas” con las que se encuentra, los sonidos que lo atropellan, esos siempre tienen una característica en común, que todos provienen del sur. Del sur del planeta, del sur de la ciudad, del sur de las comunas. En donde lengua tras lengua, traducción tras traducción se hace poesía del siglo XXI, a un nivel tal de conexión que destruye-construye el “dicho cotidiano” embarrándolo, entierrándolo a niveles insospechados: “Una machi en actitud harcore/ una minosa punx atrevida/ mapuche 2.0”.