La década de 1870 –el momento en que el meteoro Arthur Rimbaud, el poeta genial y precoz por antonomasia, cruza el firmamento de la literatura universal para trastornarlo para siempre– suele ser soslayada en el relato convencional de la historia de Europa, y, en particular, de Francia. Sin embargo, fue el momento de dos acontecimientos particularmente relevantes en lo espacial: la expansión colonial francesa y, en la primavera de 1871, la Comuna de París –la construcción del espacio urbano revolucionario–. Argumentando que el espacio, como un hecho social, es siempre político y estratégico, Kristin Ross ha escrito un libro que es a la vez una historia y un mapa de la imaginación política de la Comuna, desde su lenguaje y relaciones sociales hasta sus valores, estrategias y posturas adoptadas.
En el análisis que la autora despliega de la Comuna como un espacio social y de oposición, desempeña un papel fundamental la poesía de Rimbaud. Sus poemas –un hilo que recorre todo el libro– contribuyen grandemente a la reconstrucción que efectúa magistralmente Ross. Además de Rimbaud, Paul Lafargue y el geógrafo social Élisée Reclus brillan también como figuras emblemáticas que se desplazan dentro y en la periferia de la Comuna, y cuyas resistencias frente a una concepción estrecha, capitalista, del trabajo amenazaban el orden existente, como sucede con la poesía misma de Rimbaud