Si un químicamente puro lector futbolizado espera encontrar en estos relatos el fútbol en su esencia más nítida, con sus héroes y villanos, con sus épicas y claroscuros, se va a sentir defraudado; en cambio, el futbolizado pensante va a disfrutar con cada uno de ellos.
Lucho Abarca aborda el tema del fútbol como una excusa para describir situaciones y personajes que no por lo
irreverentes y divertidos están desprovistos de sesgo social o, más aún, del intento acusatorio. Dado que, en los relatos, el fútbol no es más que un señuelo para mostrarnos algo mucho más profundo, “un espejo en el cual podemos mirarnos la cara”, como dice el propio autor.
Ceibo
2024
410
