En este libro, su autora se ocupa de derribar con virulencia las posiciones de un conjunto de intelectuales con un origen izquierdista: Nicos Poulantzas, Ernesto Laclau, Gareth Stedman Jones y André Gorz, entre otros. Lo que está retratando es una oleada temprana de pasaje de intelectuales marxistas al campo de la contrarrevolución. Este fenómeno sucede con frecuencia después de cada derrota del proletariado. Aquellos intelectuales que habían acompañado de alguna manera la experiencia revolucionaria vuelven a la clase de la que salieron y siguen su evolución. Ese clima de ideas, plagado de conversos, dominaba la Argentina de los ’90, cuando este libro llegó a nuestras manos. Apenas caído el Muro, cuando Galeano declaraba sentirse “como un niño en la tormenta”, en medio del triunfo de los Reagan y las Thatcher, de los Menem y los Bush, era difícil reivindicarse marxista. Para muchos de nosotros este libro representó una luz en la oscuridad, un refugio a la tormenta, un camino en medio de la niebla. Esperamos que hoy, en una situación histórica por completo distinta pero no menos peligrosa, ayude al lector a trazar su propio sendero hacia un mundo mejor.