Hasta ahora, la mayor parte de los análisis sobre la lucha de los pueblos originarios por las autonomías políticas se han enfocado predominantemente en explicar sus orígenes y demandas, resaltando las características de las organizaciones que llevan al cuestionamiento de las estructuras sociales y políticas injustas y excluyentes. No obstante, son menos los estudios y trabajos que se plantean revisar los procesos históricos, sociales y políticos que
permiten que se mantengan dichas estructuras, que son expresión de relaciones de dominación, subalternización y marginación histórica, y de lo que Quijano llama la “colonialidad del poder”, y que González Casanova (1965) denominó hace medio siglo como “colonialismo interno”, acaso aún vigentes en el subcontinente configurando, en gran parte, el terreno en el que se debate y se lucha por las autonomías indígenas.
Este Grupo de Trabajo se propone así tratar de reflexionar sobre el papel de los procesos autonómicos indígenas y su influencia en procesos sociales y políticos más amplios, ya sea porque representan una inspiración para otras luchas o un cuestionamiento a la conformación de los Estados actuales y su reestructuración, de modo de entender las posibilidades y formas en que los movimientos por la autonomía pueden ser una semilla para construir sistemas societales alternativos al orden dominante y hegemónico.
El asunto de las autonomías en general es sumamente peliagudo, más aún si se trata de autonomías de Naciones y Pueblos Indígenas, es decir, de entidades histórico sociales cuya existencia es previa a la creación de las repúblicas y Estados nación del continente, porque se trata de reivindicaciones, derechos, proyectos civilizatorios, provenientes de vertientes contestatarias que cuestionan la modernidad, Occidente, el capitalismo, la industrialización, la colonización como invasión, el renacimiento y posterior ilustración con su razón instrumental, el desarrollo sin éxitos para la mayoría y con pendientes gigantescas, ya irrealizables a estas alturas, tratándose por lo tanto de expresiones autonómicas profundamente contra-hegemónicas, sea o no que levanten directa y abiertamente dicho ideario y discurso.