Obra destinada a refundar la teoría marxista luego de los años del estalinismo, la Ontología del ser social cumple un objetivo doble. Por un lado, explica el nexo que une al neopositivismo con las corrientes filosóficas irracionalistas según el lugar que uno y otras ocupan en las sociedades capitalistas desde la Primera Guerra Mundial. A pesar de su aparente carácter de opuestos, uno y otras son, a nivel ideológico, formas de manipulación de personas y cosas que operan en todos los ámbitos del ser social. El neopositivismo, con su sacralización de la matemática y su vaciamiento de contenidos, y el irracionalismo, con su reacción arbitraria ante la pérdida de sentido de realidad, intentan fundamentar procesos sociohistóricos de opresión del hombre por el hombre: la manipulación de todo el proceso económico, la manipulación de la vida política, cotidiana del hombre. Por otro lado, la Ontología sienta las bases para una teoría de la sociedad que parta de las relaciones primarias existentes en la cotidianidad, siguiendo la premisa marxiana de que las armas de la crítica no solo deben desembocar en la vida, sino que además deben partir de ella.
La sección sobre la alienación, que cierra la Ontología, es la que asume con mayor fuerza el aspecto práctico de la crítica. Aquí analiza Lukács las formas históricas que paralizan y desgarran a las personas, y mediante las cuales se consolidan procedimientos de manipulación. Se explica por qué las alienaciones no son parte de una ?condición humana?, sino determinaciones que, a pesar de fundarse en formas primarias e inextirpables de existencia, son producto de un estadio específico del desarrollo de la humanidad y, por lo tanto, pueden y deben ser eliminadas.