El segundo volumen de Teatro de Guillermo Calderón (Villa, Discurso y Beben) sigue explorando el tema de la violencia, pero ahora a través de una reflexión sobre la construcción del presente (y el futuro) a partir del pasado reciente, de la importancia de hacerse cargo de la Historia. A partir de una mirada generacional, esta trilogía o gran obra en tres partes provoca al lector por una cruda transparencia que se afirma de ciertas contingencias de la sociedad para develarla en toda su desnudez.