Aunque relegada por la enorme popularidad de su narrativa, la producción poética de Herman Hesse ocupa un lugar importante dentro del marco de su obra. Y no solo por la constancia y la fidelidad con que le dedicó sus esfuerzos a todo lo largo de su vida y de su trabajo como escritor. Sus primeros poemas datan de 1895; el último está fechado en la víspera misma de su muerte, 8 de agosto de 1962, cuando redacta la versión definitiva de Knarren eines geknickten Astes (Crujido de una rama rota). Setenta y siete años en una vida de ochenta y cinco es una cifra elocuente. Por otra parte, el volumen V de la edición alemana de sus obras, Die Gedichte, ofrece cerca del medio millar de páginas, cantidad bastante respetable, incluso en un autor tan prolífico y de tan dilatada carrera como Hesse.