La “Advertencia al lector” se presentó en su momento como una declaración de la antipoesía parriana. Casi sesenta años después, Tristán Vela cierra su “Advertencia…” ya no desde el posicionamiento de sus versos, sino desde un llamado: “dicen que los buenos poemas/ se conocen entre ellos”. Y esta invocación surge de la fusión entre lo sentido y lo vislumbrado, entre lo cierto y lo probable: una mezcla de la autorreflexión del hip-hop con el desamparo metafísico de Pessoa. Este poemario es un barco que se mueve por las orillas del haiku urbano y de los versos libres, proyectando imágenes de plazas, semáforos, crímenes absurdos y traficantes, pasando por sonetos cargados de soledad y silencio. Flotantes.