En un lejano pueblo de la Patagonia llamado Opasnost, los habitantes viven aislados por un extrañísimo y casi inexplicable fenómeno climático que concentra los vientos más impulsivos y arremolinados, dificultando el acceso y templando el temperamento de su gente. Quienes viven en este villorrio austral esperan ansiosos la llegada del cartero, el cual, para entregar la correspondencia, requiere sobrevolar los cielos con un traje capaz de resistir la ventisca y un inflado volantín a sus espaldas.
Pero no solo eso, todo parece indicar que Opasnost es un lugar donde mora lo infrecuente: Los vientos despiadados, el ícaro austral, la especie perdida: el zarapito boreal.
"El correo del viento" es un relato donde el viento adquiere un singular protagonismo como monarca supremo de las pampas y vastedades; es también una mirada diferente a la singular, pero cotidiana, proeza de habitar espacios donde no llega la modernidad, y donde los mitos que se dieron por olvidados retornan desde otro tiempo para recuperar el pacto de los hombres con el territorio.