La política comercial es cada vez más determinante -y condicionante- para el desempeño económico en variables como el empleo, la producción, los salarios, la inversión social y la equidad distributiva. En tal sentido, la política comercial y la firma de Tratados de Libre Comercio afectan, de manera progresiva derechos inalienables, como es el desarrollo de los países, y otros como la salud, la educación, la vivienda y el empleo. Ello ocurre en un contexto comercial que hace prevalecer las normas de la OMC por sobre las legislaciones nacionales, que consagra disciplinas como trato nacional o nación más favorecida.