En Compro Lago Caburga el protagonista es Alberto Larraín Errázuriz. El mismo aristocrático y próspero corredor de propiedades que conociéramos en la novela Vendo casa en el barrio alto. Aquel que tiene la cualidad de detectar rápidamente la condición social de sus clientes, para luego recomendar el barrio más adecuado para ellos, el que les ”corresponde”, según su especial clasificación de las personas. Su esposa se ha enamorado de un escritor ”roto y comunista” y lo ha abandonado. Está humillado y deprimido, pero su amigo de toda la vida, Pito Balmaceda, lo sacará del marasmo mediante una propuesta ineludible que promete cambiarle la vida. Se trata de una operación inmobiliaria mayor que busca comprar un gran terreno en el Lago Caburga, que incluye viviendas de connotados políticos e intelectuales que suelen veranear allí. Este proyecto está condicionado a su participación en una interna parlamentaria. Las habilidades inmobiliarias de Larraín tendrán que ponerse al servicio de la derecha política, particularmente de ese fenomeno emergente llamado la “Nueva derecha”. Alberto y Pito navegarán por las tormentosas aguas del gobierno en el poder y no saldrán indemnes, enredados en las luchas intestinas entre los recalcitrantes conservadores y aquellos que buscan aperturas valóricas para asegurar su clientela electoral.