Ernesto Cardenal, es uno de los poetas latinoamericanos más difundidos porque provoca y reta a cuantos lo leen, escapándose de las categorías poéticas, teológicas y políticas normativas, para fundir sus propias ideas y sus múltiples actividades públicas en una sola obra vital, original y renovadora. Se ordenó sacerdote en 1965 y fundó la comunidad de Solentiname en el Gran Lago de Nicaragua, refugio de poetas, místicos y opositores a la tiranía de Somoza.