Es este el ensayo interminable de una historia que no encuentra su final. Podría tratarse de una puesta en escena. Tratarse también de un juego fatídico entre personajes activados por el sentido de la amenaza. El miedo gatilla cada movimiento: encender el cigarrillo, dejar una marca de quemadura, tomar una copa de vino. Cada pose: entradas, salidas, pasos en falso. Cada palabra -certezas, mentiras, puntos intermedios- de un guion que podría no serlo. Las palabras de Ramiro y de Manuel, apremiados a ocultarse o a actuar tras el asesinato de su padre. las del militar, cómplice del aparato represivo de la dictadura. Las de su hija, Lucía, puesta entre el fuego cruzado de la ideología y las pasiones contrapuestas. ¿Quién ha tendido la celada? ¿En qué consiste esta cacería?