Los últimos hechos acontecidos en el mundo, enfocados principalmente en los efectos producidos por una extensa crisis sanitaria, producto de la pandemia, sumados a la guerra en Ucrania, como otros conflictos a nivel planetario, ha propiciado en muchos actores la idea de generar dinámicas de transformaciones profundas, desde el plano cultural, social y político. Esta arremetida de conflictos nos debe servir para tomar posiciones valientes y responsables que vayan en la dirección de generar cambios significativos en la forma de relacionarnos y que a la vez incidan, para generar una nueva hoja de ruta en el orden mundial.
El daño social existente hoy en el mundo es de proporciones mayúsculas, esto producto del sistema neoliberal, el cual ha fragmentado y cosificado la realidad. Su poder demoledor ha amparado las intervenciones militares de los poderosos, bajo consignas mentirosas que nada tienen que ver con la realidad de los pueblos. Sin embargo, la democracia nos da la posibilidad de alzar la voz ante la injusticia y sobre todo, volver a pensar la política desde la ética y la moral.
Para la revista Araucaria de Chile es una necesidad imperiosa crear debate sobre estos contenidos. El nuevo texto pone al centro del debate los estándares internacionales de derechos humanos, como el reconocimiento a los pueblos originarios, según las disposiciones de los Convenios de la OIT y la Declaración de los Pueblos Indígenas de la ONU, los cuales han sido suscritos y ratificados por nuestro país. Otro hecho relevante es que se avanza enormemente en materia de igualdad de género y las diversidades sexuales. Esta nueva carta magna, busca dejar en el pasado este modelo económico, poniendo término al Estado subsidiario, dando el paso a un Estado Social y Democrático de Derecho.
Hoy en día se hace absolutamente necesario construir un pensamiento ideológico, reflexivo y de debate social, donde entre todos y todas busquemos los canales para difundir un nuevo mundo cultural. Pasar de la inacción a la acción significa comprometernos con el otro desde el hacer y no desde la contemplación. Es así como el pensamiento creativo suma esfuerzos en aquellos espacios donde la vida en comunidad signifique vivir en la conciencia del ser social. El llamado es a “sembrar ideas” como señaló Fidel.