Los más de 600 pueblos indígenas, originarios de América Latina, han mantenido sus tradiciones por medio de una oralidad que se niega a olvidar; que se niega a ceder ante la modernidad y, que intenta por último, anclar las diversas manifestaciones culturales que estas comunidades producen, de manera que formen parte de una sociedad que los desconoce, y que a veces niega esta parte de sus raíces. Jaime Huenún, el compilador de esta antología, hará el esfuerzo por hacernos partícipes de la labor de un grupo de poetas indígenas que, a través de sus versos, nos enseñan las distintas vinculaciones que tendrán con la sociedad, la naturaleza, la vida, la muerte y la identidad. Como bien señala el compilador, detrás de muchos de los autores canonizados por el sistema aparece la voz y los cantos ocultos de raíz indígena: “Por debajo de la sintaxis quebrada de César Vallejo, por ejemplo, habita la honda letanía chimú de sus abuelos. En la recitación de los alejandrinos enjoyados de Rubén Darío se deja oír el coro choroteca y la sinfonía vegetal de la comunidades mayas”. (p7)