Los hilos de nuestras biografías de títeres estaban manejados por fuerzas externas y terribles en las cuales la vida y la muerte se peleaban cuerpo a cuerpo”. “En concordancia con su intención de transformarse en dictadura ‘constitucional’, las tácticas de la represión cambiaron. Las detenciones y desapariciones se trocaron en asesinatos en plena calle”. “¿Quién dice que estamos llenos de cicatrices? Aquí están —estamos— los protagonistas de esta novela que se sigue escribiendo”. Esta historia, a la vez que cuenta los principales aspectos de la vida de ambas, es también una mirada a la historia política y de militancia en el MIR en este período. Teresa Izquierdo: En los años 60 estudió en el Liceo Manuel de Salas participando en el movimiento de los jóvenes que rechazaban la injusticia y querían cambiar la sociedad. A fines de esa década ingresa al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). En esa militancia encuentra a su amiga Ana María Jiménez, con quien intercambia estas cartas. Con el golpe de Estado de 1973 debe pasar a la clandestinidad. El 14 de febrero de 1975, su compañero Hugo Daniel Ríos Videla es detenido y hecho desaparecer por la DINA. El hijo de ambos, Manuel, es entregado a la familia y ella continúa en la resistencia hasta ser detenida en agosto de 1976. Estuvo exiliada en Francia hasta marzo de 1979, vuelve a Chile, se integra activamente a organismos de Derechos Humanos y a la revista de oposición Análisis, donde trabaja hasta el Plebiscito de 1988. El año 1985 nace su hija Mariana. El año 1994 muere en un accidente su hijo mayor, Manuel Antonio Ríos Izquierdo, hijo de su compañero detenido desaparecido. Los años posteriores a su pérdida sobrevive gracias al afecto de su hija Mariana, su pareja Paul y los seres más cercanos. Actualmente trabaja en un instituto de comunicaciones y es miembro del directorio de la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi. Desde 2012 es abuela de Milay, para quien decide escribir esta historia.